"Una nueva Vizcaya a crear en El Bierzo"
La industrialización berciana.
La antigua provincia del Bierzo se encontraba todavía a finales del s XIX en una grave postración económica basada en un sistema agrario escasamente desarrollado y de tipo de subsistencia. La existencia de grandes reservas de carbón era ya conocida desde al menos 1764 cuando con motivo de las obras de construcción del Camino Real a Galicia se localizan importantes bancos en El Bierzo Alto. Sin embargo, tardaría en buscarse su aprovechamiento (la cuenca berciana fue la última en ser explotada) y sorprendentemente perduraría una importante industria de elaboración de carbón vegetal (se producirá una gran deforestación como causa de ello).
La esperada y dinamizadora llegada del ferrocarril se produce en la tardía fecha de 1886 con la línea Palencia - La Coruña, siendo el tramo berciano el último en ser terminado de una de las últimas líneas férreas radiales en ser construidas en España. Esto contribuyó a mejorar las paupérrimas comunicaciones del Bierzo con el resto del país, causadas por las complicaciones dadas por la naturaleza y sobre todo por la dejadez de los gobernantes, situaciones que seguimos viviendo hoy día.
Sin embargo el definitivo impulso industrializador tuvo que esperar hasta la I Guerra Mundial cuando la carestía de productos energéticos provocada por la contienda europea obligo a España a implementar la producción nacional. Como consecuencia de ello el propio ministro Francisco Cambó puso en marcha la explotación de los yacimientos carboníferos de Laciana con suma celeridad.
Esto culminó con la creación de la sociedad Minero – Siderúrgica de Ponferrada (M.S.P.) en 1918 que inmediatamente abordó la construcción de ferrocarril Ponferrada – Villablino que daba salida al mineral desde la cuenca lacianega hacia Ponferrada desde donde era distribuido a los puertos de Galicia y hacia la Meseta, y también funcionaría como tren combinado de pasajeros de vía estrecha que empleaba 3,20 hs en completar el trayecto. La magna obra quedó terminada en un tiempo récord de 10 meses por la decidida intervención estatal. Es a partir de este momento cuando Ponferrada se erigirá finalmente como indiscutible capital de la región, experimentando un crecimiento y desarrollo sin parangón.
La M.S.P. inicia una desbordante y dinamizadora actividad que cambia la vida del Bierzo entre 1918-1921, trayendo la electricidad con la construcción de la primera central térmica en 1919 que daba servicio a sus actividades, y que con la remodelación de 1929 también produce para la población y el mercado. Se convertiría en la primera empresa de ámbito regional berciano. El Bierzo comienza a aumentar su población sobre todo favorecido por saldos migratorios positivos, a pesar de la mortandad del “mal de moda” o gripe de 1918.
Pero la actividad de la M.S.P. como su propio nombre indica en teoría perseguía no sólo la extracción minera de carbón y hierro (también importantes reservas en el coto férrico Wagner) sino también la construcción de plantas siderúrgicas. Así es en 1918 cuando Julio Lazúrtegui publica en Bilbao el famoso libro que titula este artículo y en el que documenta la viabilidad de una planta de Altos Hornos en Ponferrada ante la abundacia y calidad de hierro y carbón en la zona, pero desgraciadamente no consigue implicar a la empresa, cuyos intereses ligados al Banco Santander y Pastor nunca han coincidido plenamente con los del Bierzo. El Estado también presionaba para la inversión en producción minera, estos hechos y la lejanía del litoral hicieron dejar este proyecto de embergadura para más adelante, y así finalmente nunca se llevaría a cabo.
Otras industrias se ven también impulsadas como la cementera que se vería tantas veces desbordada por la fuerte demanda industrial y de obras públicas, así en 1923 se funda Cementos Cosmos en Toral de los Vados.
En los años 30 se produce cierto estancamiento por la crisis europea, a pesar de ello hay cierto crecimiento del sector servicios sobre todo en Ponferrada (en 1934 se inaugura el teatro y ya hay varios hoteles).
Tras la Guerra Civil se producirá un nuevo resurgimiento industrial amparado por la autarquía del regímen y la segunda guerra mundial. Hacia 1943 se ponen en explotación los yacimientos de Wolframio, ansiado material estratégico que se empleaba en la elaboración de proyectiles alemanes y cuya extracción convirtió a Ponferrada en escenario de actividades de espionaje y disputas por parte de los contendientes en la IIGM, impulsándose de nuevo durante la Guerra de Corea, creándose el mito de la “ciudad del Dólar” que identificaba a la urbe por sus actividades lucrativas y de dinero fácil o fraudulento.
En 1944 se funda la empresa estatal eléctrica de E.N.D.E.S.A. cuyos primeros pasos se dan en El Bierzo con la construcción de la central termoeléctrica de Compostilla I y el embalse y salto hidroeléctrico de la Fuente del Azufre iniciados en 1945 y terminados en 1949, el Canal Bajo del Bierzo que parte del embalse se inicia a continuación, desarrollándose la agricultura como consecuencia de las obras de irrigación.. En 1953 entran en producción los cotos férricos Wagner y Vivaldi que renuevan las esperanzas de realización del proyecto siderúrgico que, de nuevo frustrado, dejará en el desarrollo de nuevas industrias siderometalúrgicas un débil sustituto, como la acerería Roldán creada en 1957, amparadas por la abundancia de electricidad.
Ponferrada se convierte en un centro especializado en minería, electricidad y transporte, siendo la ciudad española que mas rápidamente crece entre 1940 y 1960.
En 1960 se inicia la construcción de Compostilla II junto con el embalse y salto de Bárcena, viéndose de nuevo favorecidos los regadíos con la construcción del Canal Alto del Bierzo.
Completándose así la industrialización berciana. Según el Atlas Comercial de España de 1963 el área de influencia de Ponferrada se diferencia nítidamente de las contiguas y rebasa los límites geográficos comarcales integrando Laciana, Cabrera y varios municipios de Orense y también de Lugo, basculando 189.000 habitantes sobre la ciudad. A comienzos de los años 70 un sustancioso porcentaje de la producción eléctrica nacional proviene del Bierzo.