miércoles, marzo 14, 2012

Nemesio Fernández

EMPRESARIO, CONTROVERTIDO POLÍTICO Y PROHOMBRE BERCIANO.

Nemesio Fernández García es uno de los más desconocidos de los llamados prohombres bercianos del siglo XIX, importante generación de personajes principalmente de ideología liberal y procedentes de una creciente pequeña burguesía ponferradina empeñados en el desarrollo del Bierzo en múltiples aspectos: el económico tratando de romper con los grupos conservadores y absolutistas, mayormente rentistas y terratenientes, e imponer nuevas formas productivas favorables a la irrupción de esta nueva burguesía de la que usualmente proceden, o en el plano político en el sentido de luchar en bloque contra el Antiguo Régimen, contra los privilegios de los que no gozan, y destacadamente promover la constitución o renovación de la Provincia del Bierzo.

Nuestro protagonista de hoy se implicó codo con codo con otros más conocidos y amigos suyos como el senador Pascual Fernández Baeza, el alcalde Isidro Rueda, el farmacéutico y director teatral Mateo Garza, el empresario Antonio Quiñones o como no el insigne escritor Enrique Gil y Carrasco. El clima cultural era bastante importante para ser una villa de 500 vecinos como señalara algún autor de la época, uno de sus órganos vertebradores era una agrupación cultural, la llamada Sociedad del Teatro de Ponferrada donde entraban en contacto algunos de estos personajes, a modo de Ateneo.

Mientras casi todos estos prohombres han sido honrados dándoles su nombre a alguna calle ponferradina, alguno recientemente como Pascual F. Baeza, Nemesio por lo que sabemos aún no ha recibido ese merecimiento. Lo cierto es que siendo sinceros es un personaje que cuenta también, como veremos, con sus claroscuros pero pensamos que es merecedor de ese honor.

Nace de una familia no hidalga de pequeños vinateros en un inmueble de la Plaza de la Encina de Ponferrada en 1782, a la sombra de la Basílica en la cual es inscrito y bautizado. Sabemos poco de sus primeros años, probablemente participase como otros de sus compañeros y de su generación en las luchas contra la invasión napoleónica en partidas guerrilleras. Tras el fin de la guerra y la aprobación de la constitución de 1812 pronto entra en política, desempeñando pequeños cargos relativos al ayuntamiento de Ponferrada como activo liberal opuesto a los realistas, llegando a formar parte de milicias liberales como la llamada Milicia o Guardia Nacional –frente a frente contra otras milicias realistas lideradas por personajes como Juan Gil, padre de Enrique Gil y Carrasco-.

Es en estos tiempos cuando se le acusa de enriquecerse ilegítimamente y apropiarse de propiedades desamortizadas, gracias a sus cargos políticos y administrativos, lo cual parece que fue cierto a juicio de biógrafos como Balboa de Paz. Logrando probablemente una base monetaria que le serviría para comenzar su vertiginosa carrera empresarial, junto a su inicial labor proveyendo de vino y vituallas al ejército español en la guerra de la Independencia, siendo estas dos causas el origen de su fortuna.

Iría escalando puestos en el ayuntamiento (procurador síndico, elector), aun a pesar de la posterior restauración del absolutismo y evolucionando a posturas más moderadas, si bien solía ausentarse de los plenos al encontrarse muy ocupado con sus negocios personales como agudamente denunciaban sus enemigos políticos. Negocios de gran envergadura que lo convertirían en el primer empresario berciano contemporáneo y en el mayor de su época, en esta especie de etapa previa a la industrialización del Bierzo que no llegaría hasta practicamente 100 años después. Ya que su actividad era precísamente industrial al estar encuadrado en el fenómeno tardío de las ferrerías, donde tuvo fulminante éxito mostrando gran habilidad al abrir nuevas fábricas por todo el Bierzo y alrededores muchos de cuyos edificios construidos por él aún pueden verse hoy día (Serviz, Valcarce), nuevas técnicas más productivas o así mismo su pericia para hacerse con bienes eclesiásticos procedentes de las primeras desamortizaciones como la herrería de San Pedro de Montes. Se convertiría en uno de los hombres más ricos de la Comarca –era el mayor contribuyente a las arcas municipales de Ponferrada-.

Con respecto a su labor en las ferrerías se le achaca igualmente que no buscase una mayor modernización creando un gran complejo industrial siderúrgico concentrado, como se hizo en aquellos momentos en otros lugares –Sabero-, a pesar de que ya se encontró en los últimos momentos con la competencia de los primeros altos hornos y la creciente deforestación, una modernización que habría favorecido la llegada temprana de la revolución industrial al Bierzo, que finalmente se hizo sumamente tardía aunque exponencialmente acelerada como sabemos.

Llegaría a ostentar en dos ocasiones la alcaldía de Ponferrada en la que se distinguió por iniciar los proyectos de la construcción de la carretera a Asturias y la general mejora de accesos viarios a la ciudad mediante ampliación de calles y carreteras o restauración de puentes como el del Boeza.

Igualmente llegaría a ser Senador (1841) donde entre otras cosas trató, infructuosamente, en compañía y a la sombra del senador Pascual F. Baeza de lograr la restauración de la Provincia del Bierzo con capital en Ponferrada, enfrentados a otro grupos procedentes de Villafranca y que trataban lo mismo para su villa.

En definitiva un versátil hombre de acción, con sus aspectos negativos, pero alguien ciertamente importante y que creemos necesario rescatar de nuestra Historia.